Meditar durante el Ā«encierroĀ» en una pandemia es aprovechar una buena oportunidad para relajar la mente, como si estuviĆ©semos en un retiro espiritual, apartados del mundanal ruido o de las interrupciones. Por ejemplo, cada dos horas o al menos dos veces por dĆa, 10 minutos por vez, es excelente.
Te sientas derecho sobre un sofĆ” o una silla, sin apoyarte en el respaldar, con las manos sobre las rodillas, cuentas tus respiraciones con los ojos cerrados. Respiras normalmente, y si te Ā«vasĀ» en tus pensamientos, al darte cuenta, āregresasā a la meditaciĆ³n y a contar nuevamente, ya sea desde cero o desde el nĆŗmero en donde te quedaste; si te duermes y despuĆ©s de un tiempo te despiertas, de la misma forma, continĆŗas simplemente contando o si se terminĆ³ el tiempo, continĆŗas con tus quehaceres y entiendes que serĆ” mejor la prĆ³xima vez que lo intentes, es decir, al dĆa siguiente.